13 de septiembre de 2012

¿Y después del verano qué?

Da un poquito de pena despedirse de las sandalias, los vestiditos playeros y los biquinis… ya hemos vuelto a la realidad. Pero os propongo hacerlo con energía e ilusión, es un muy buen momento  para renovar nuestro vestuario, estudiar las nuevas tendencias y encontrar aquellas que se adecúan más a nuestras necesidades… Pues sí, ¡empieza una nueva temporada!
Pero antes de hablar de lo que se va a llevar esta temporada, os propongo un artículo donde veréis algunos trucos sobre el cuidado de la piel después del verano.
 
 
Si hemos disfrutado de la playa, de la piscina o en definitiva, hemos tomado mucho el sol, debemos tener en cuenta que aunque hayamos seguido todas las precauciones correctamente -como protegernos con un factor solar adecuado-, la piel queda algo dañada.
Diferentes pistas para saber si nuestra piel necesita cuidados extra son por ejemplo observar si hay aparición de manchas, grietas, o rayas blancas al rascarnos. Si es el caso, no dudes en seguir estas recomendaciones:
 
  • EXFOLIACIÓN: se eliminan las células muertas que quedan en la superficie, tanto en el cuerpo como en el rostro. Con la exfoliación conseguiremos que la piel esté preparada para la hidratación posterior.
  • HIDRATACIÓN: para que la piel recupere su elasticidad podemos cambiar nuestra crema hidratante habitual por una indicada para pieles secas, ya que nos aportará más flexibilidad y brillo. Es importante hidratar el cuerpo una vez al día, después de la exfoliación.
  • ALIMENTACIÓN: de nuevo vuelve a ser un factor clave para el cuidado de nuestra piel. Las verduras, las hortalizas y sobretodo la fruta, son alimentos que nos ayudarán a recuperar las vitaminas. Y para mantener el bronceado de forma saludable podemos optar por los betacarotenos que obtendremos de las verduras como la zanahoria, o de complementos como el alga espirulina.
  • AGUA: entre 1 y 2 litros al día son suficientes para mantener nuestro cuerpo hidratado, además ¡nuestra piel lo agradecerá! Es importante ingerir abundante líquido y podemos ayudarnos con aceite de onagra, levadura de cerveza o silicio; éstos ayudan a tener una piel más hidratada y radiante.
 
 
Pero, además de la piel, el cabello también ha sufrido mucho durante el verano. Después de la sal del mar, el sol, el cloro de las piscinas, las coletas con el cabello mojado, las gomas tibantes, las horquillas, las planchas... y más torturas diversas ¿no creéis que se merece al fin un poquito de cariño? El cabello está protegido de una capa protectora que el sol, el viento y la sal van destruyendo poco a poco, así que el objetivo es reestructurar esta capa para que vuelva a lucir bonito y brillante:
 
  • Al finalizar la ducha aclararemos el cabello con AGUA FRIA: esto ayuda a cerrar las grietas.
  • Igual que la crema hidratante, podemos aprovechar para cambiar de champú: está comprobado que el cabello se acostumbra a ciertos productos y quizás es el momento de invertir en un CHAMPÚ REPARADOR.
  • NO ABUSAR del secador o las planchas en esta época: el cabello ya está suficientemente dañado, así que siempre que puedas déjalo secar al aire.
  • MASCARILLA NUTRITIVA: una o dos veces por semana, hasta que el cabello haya recuperado su estado natural.
Y aprovecha el inicio de curso para ¡IR A LA PELU! Córtate las puntas, hazte unos reflejos o incluso atrévete con un cambio de look para empezar la nueva temporada.


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